Día 15 | 1.20.25 | —• Jeremy Toro •— Iglesia de la Restauración, Salmo 84: 1-12

Mientras reflexionas sobre este pasaje de las Escrituras, dedica un momento para elevar tu oración siguiendo el modelo de ACAS.
Adoración: ¿Qué en este pasaje te inspira a rendir honra?
Confesión: ¿Qué en este fragmento te invita a reconocer tu falta?
Acción de gracias: ¿Qué aspecto de este pasaje te invita a expresar gratitud?
Súplica: ¿Qué en este pasaje te invita a buscar la ayuda de Dios?

21 días de oración 🙏🏻 Un recorrido por los salmos.

1 ¡Cuán maravillosas son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhelo los atrios del Señor; mi corazón y mi ser claman por el Dios vivo. 3 Hasta el gorrión encuentra casa, y la golondrina nido donde pone sus crías, cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. 4 Bienaventurados los que habitan en tu casa, que te alaban sin cesar. (Selah) 5 Bienaventurado el pueblo que encuentra en ti su fortaleza, cuyo corazón peregrina hacia ti 6 Pasan por el valle de Baca, (lágrimas) lo transforman en manantial de aguas; hasta la lluvia de otoño lo cubre de bendiciones. 7 Van de poder en poder; cada uno se presenta ante Dios en Sión. 8 Señor Dios de los ejércitos, escucha mi súplica; escucha, Dios de Jacob. (Selah) 9 Mira, oh Dios, nuestro escudo; fija tus ojos en el rostro de tu ungido. 10 Mejor es un día en tus atrios que mil en cualquier otro lugar. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios que habitar en las tiendas de los malvados. 11 Porque el Señor Dios es sol y escudo; el Señor otorga favor y honor; no niega el bien a quienes viven con integridad. 12 ¡Feliz el hombre que confía en ti, Señor de los ejércitos!

El salmista en este pasaje expresa la profundidad y el deseo de estar en la casa del Señor. Este Salmo no solo se enfoca en el templo físico del Señor, sino en la realidad de que el Señor está presente allí. Él proclama que son bienaventurados aquellos que encuentran su fortaleza en ti. “Mira, oh Dios, nuestro escudo; contempla el rostro de tu ungido”. ¡El salmista está transmitiendo un sentido de propiedad y pertenencia al Señor!

Dado que somos parte del Señor y Él nos protege y nos ama, “mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos”. Incluso los más altos lugares de honor y prestigio se desvanecen al lado de ser la morada del Señor.

Sin embargo, si somos sinceros, abordamos este encuentro con el Señor como si fuera algo trivial. ¡La emoción de un partido de fútbol parece más cautivadora que estar en la casa del Señor! Otras cosas desvían nuestra atención y nos parecen más gratificantes que el Señor. El salmista desea que comprendamos que estar con el Señor es más valioso que todo lo que este mundo puede ofrecer.

Dios es infinitamente más grande que las realidades de este mundo. Cuando se trata de ser el guardián de Dios o el invitado personal de los malvados, el salmista nos recuerda que es preferible ser un siervo de Dios que un huésped de Satanás. En este pasaje, se nos ofrece una visión clara de nuestras verdaderas prioridades.

Es posible que el encuentro con el Señor no haya ocupado el lugar central en tu vida y en la de tu hogar. La alegría y la emoción de acudir a la casa del Señor pueden no haber sido celebradas en tu hogar. Tal vez existan ídolos y barreras que interfieren en tu relación con el Señor. ¡Quiero que sepas que hay esperanza para ti!

Podemos celebrar en la casa de Dios porque Jesús nos ha abierto la puerta. Sin Cristo, estaríamos cautivos en la morada de los malvados. ¡El sacrificio de Jesús ha trazado el camino para recibirte en la Casa del Señor!

Durante este tiempo de oración, acércate al Señor y solicita que te devuelva la alegría de estar en Su presencia. Recuerda el inmenso sacrificio que Jesús llevó a cabo para que podamos celebrar en la casa de Dios.

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