Día 16 | 1.21.25 | —• Cory Cooper •— Orlando Baptist Church, Salmo 86: 1-10

Mientras reflexionas sobre este pasaje de las Escrituras, dedica un momento para elevar tu oración siguiendo el modelo de ACAS.
Adoración: ¿Qué en este pasaje te inspira a rendir honra?
Confesión: ¿Qué en este fragmento te invita a reconocer tu falta?
Acción de gracias: ¿Qué aspecto de este pasaje te invita a expresar gratitud?
Súplica: ¿Qué en este pasaje te invita a buscar la ayuda de Dios?

21 días de oración 🙏🏻 Un recorrido por los salmos.

1 Escucha, Señor, y respóndeme, porque estoy en la tristeza yen la necesidad. 2 Protege mi vida, porque soy fiel. Tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía. 3 Ten compasión de mí, Señor, porque te invoco cada día. 4 Llena de alegría la vida de tu siervo, porque a ti clamo, Señor. 5 Porque tú, Señor, eres bondadoso y perdonador, rico en misericordia para con todos los que te invocan. 6 Escucha, Señor, mi oración; presta atención a mis súplicas. 7 Te invoco en el día de mi aflicción, porque me responderás. 8 Señor, no hay nadie como tú entre los dioses, ni hay obras como las tuyas. 9 Todas las naciones que has creado vendrán y se postrarán ante ti, Señor, y honrarán tu nombre. 10 Porque tú eres grande y haces maravillas; solo tú eres Dios.

En Cartas a Malcolm, una de sus obras menos reconocidas, CS Lewis comparte una de mis citas más queridas sobre la oración: “Debemos presentar ante Él lo que llevamos dentro, no lo que debería habitar en nosotros”. Los Salmos del rey David respaldan esta reflexión, siendo el Salmo 86 un ejemplo destacado. David suplica a Dios de siete maneras distintas en los primeros siete versículos. Este Salmo parece escrito como si Dios le estuviera cuestionando a David: “¿Por qué debería hacerlo?”.

“Escúchame y respóndeme”. “¿Por qué debería hacerlo?” “Porque estoy en una situación difícil y necesito ayuda”.

“Protégeme, sálvame”. “¿Por qué debería hacerlo?” “Porque tú eres mi Dios, yo soy tu siervo fiel que confía en ti”.

¡Señor, ten compasión de mí! ¿Por qué debería tenerla? Porque te llamo cada día.

“Regálame alegría”. “¿Por qué debería hacerlo?” “Porque te lo solicito sin cesar”.

“Sé compasivo conmigo, perdóname, ámame con lealtad”. “¿Por qué debería hacerlo?” “Porque te llamé”.

“Escúchame y presta atención”. “¿Por qué debería hacerlo?” “Porque estoy llamando a ti con fervor”.

«¡Contéstame!» «¿Por qué debería hacerlo?» «Porque estoy afligido y te llamo».

Dios rebosa de amor inquebrantable, y nuestra necesidad es lo que nos habilita para recibirlo. “Dios resiste a los orgullosos, pero otorga gracia a los humildes” (Santiago 4:6). Ora como lo hizo David. Clama al Señor de 7 maneras distintas, pero alábalo por su esencia: Dios es fiel, amoroso, bondadoso y siempre dispuesto a perdonar (v. 5). No hay nadie comparable a nuestro Dios (v. 8). Él es grande; creó todo, y todo lo que hace es magnífico (v. 9-10). Dios es un Padre amoroso (Ro. 8:15) que se deleita en cuidar de sus hijos (Mt. 7:11). Ora con lo que llevas dentro.

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