Día 17 | 1.22.25 | —• Zack Seigman •— Restoration Church, Salmo 86:11-17
Share
Mientras reflexionas sobre este pasaje de las Escrituras, dedica un momento para elevar tu oración siguiendo el modelo de ACAS.
Adoración: ¿Qué en este pasaje te inspira a rendir honra?
Confesión: ¿Qué en este fragmento te invita a reconocer tu falta?
Acción de gracias: ¿Qué aspecto de este pasaje te invita a expresar gratitud?
Súplica: ¿Qué en este pasaje te invita a buscar la ayuda de Dios?
21 días de oración 🙏🏻 Un recorrido por los salmos.
11 Señor, guíame por tu senda, y viviré conforme a tu verdad; otórgame un corazón íntegro para honrar tu nombre. 12 Señor, mí Dios, te alabaré con todo mi ser, y glorificaré tu nombre eternamente. 13 Porque inmenso es tu amor por mí, y has rescatado mi vida de las profundidades del abismo. 14 Oh Dios, me han asediado los arrogantes; un grupo de hombres crueles busca acabar conmigo, pero no se dejan guiar por ti. 15 Sin embargo, tú, Señor, eres un Dios lleno de compasión y misericordia, lento para la ira y abundante en amor y verdad. 16 Mírame y ten compasión de mí; fortalece a tu siervo; salva al hijo de tu sierva. 17 Manifiéstame una señal de tu bondad; mis enemigos lo verán y se avergonzarán, porque tú, Señor, me has brindado ayuda y consuelo.
A medida que nos acercamos al final de estas semanas de oración, recordamos que la oración no es solo un diálogo con Dios, sino también un espacio para escuchar Su voz. En el Salmo 86, versículo 11, David clama: “Enséñame, oh Señor, tu camino, para que ande en tu verdad”. Podemos presentar muchas peticiones a Dios, pero ¿lo hacemos con un corazón abierto, dispuestos a seguirlo adonde Él nos lleve? Sé que esta es una batalla que todos enfrentamos. Anhelamos un camino que se sienta seguro, cómodo o familiar. Sin embargo, a menudo nos paraliza el miedo de seguir el sendero de Dios y dudamos de Su capacidad para cuidarnos. David también conoce esta lucha, por lo que suplica: “Unifica mi corazón para que tema tu nombre”. La clave para superar nuestra resistencia a seguir al Señor es colocar nuestro miedo en la perspectiva adecuada. Necesitamos que nuestros corazones se unan en devoción y lealtad a Dios. Cuando reverenciamos al Señor con asombro por Su grandeza, todos nuestros otros temores se desvanecen. ¿Te encuentras constantemente forjando tu propio camino y terminando vacío? ¿Estás agotado de temer lo que podría suceder si tomas decisiones equivocadas o te desvías del camino? Entonces, entrega tu corazón al Señor y decide enfocar toda tu atención en Él.
¿Y qué ocurre cuando nuestros corazones se liberan del temor y se transforman en devoción hacia Dios? ¡Podemos estallar en gratitud y alabanza! Los versículos 12-13 nos dicen: “Te doy gracias, oh Señor Dios mío, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo; has librado mi alma de las profundidades del Seol”. Cuando nuestros corazones están enfocados en Dios, podemos ver más allá de nuestros problemas, más allá de nuestras circunstancias limitadas, hacia la maravillosa grandeza del amor inquebrantable de Dios y Su poder para salvar. El Seol era un lugar aterrador para los oyentes originales de este Salmo, un lugar donde los muertos van y no regresan. Sin embargo, el amor inquebrantable de Dios triunfa sobre la tumba. Aun cuando David sigue presentando ante Dios sus temores por hombres despiadados que lo odiaban y buscaban su vida, él sabe que Dios puede salvarlo. Conocer la misericordia, la gracia y la paciencia de Dios hacia nosotros es nuestra mayor esperanza para enfrentar los desafíos que encontramos en esta vida. Pero, ¿Cómo podemos hallar el verdadero consuelo y la ayuda del Señor cuando nos sentimos más débiles? ¿Cómo podemos saber que Dios escucha y comprende nuestro clamor?
Recuerda que Dios mismo descendió a la tumba, a las profundidades del Seol, a las profundidades de su amor inquebrantable, y envió a su único Hijo para salvarnos. Jesús es el refugio donde hallamos nuestro consuelo más profundo y la respuesta a nuestros clamores. Jesús fue perseguido por enemigos, traicionado y sufrió no porque lo mereciera, sino porque nosotros lo merecíamos. Solo Jesús puede afirmar con verdad: “Has librado mi alma de las profundidades del Seol”, cuando Dios resucitó a Jesús de entre los muertos. Nuestra esperanza y fortaleza para seguir orando a Dios de todo corazón no proviene de nuestras acciones, sino de lo que Jesús ha hecho por nosotros. Si alguna vez dudas de que Dios pueda responder a una oración o te preocupa que Dios no aparezca, contempla la tumba vacía. Las oraciones de Jesús fueron respondidas cuando Dios lo rescató de la muerte. Si confías en Cristo, entonces Dios te ha salvado de las profundidades del pecado y la vergüenza. Eres un hijo de Dios, adoptado y liberado por el Evangelio de la gracia. ¿Crees esto? Oremos y pidámosle al Señor que fije nuestra mente en esta buena noticia y que el Espíritu Santo nos ayude a mantener la esperanza en Cristo, especialmente cuando parezca más difícil. Entonces podremos orar con David en el versículo 17: “Señor, tú me ayudaste y me consolaste”.
Anchor Church • Orlando Baptist Church • Restoration Church of Sanford • Sent Church
#oracion #salmos #devocional