Día 9 | 1.14.25 | —• Dan Mastrapa •— Send Church, Salmo 73: 13-20

Mientras reflexionas sobre este pasaje de las Escrituras, dedica un momento para elevar tu oración siguiendo el modelo de ACAS.
Adoración: ¿Qué en este pasaje te inspira a rendir honra?
Confesión: ¿Qué en este fragmento te invita a reconocer tu falta?
Acción de gracias: ¿Qué aspecto de este pasaje te invita a expresar gratitud?
Súplica: ¿Qué en este pasaje te invita a buscar la ayuda de Dios?

21 días de oración 🙏🏻 Un recorrido por los salmos.

13 ¿Acaso purifiqué mi corazón y lavé mis manos en inocencia sin razón? 14 Porque estoy afligido todo el día y castigado cada mañana. 15 Si hubiera decidido expresar estas cosas en voz alta, habría traicionado a tu pueblo. 16 Cuando intenté comprender todo esto, parecía inalcanzable 17 hasta que entré en el santuario de Dios. Entonces entendí su destino. 18 En verdad, los colocas en lugares resbaladizos; los haces caer en la ruina. 19 ¡Cuán repentinamente se convierten en desolación! Llegan a su fin, arrastrados por terrores. 20 Como uno que despierta de un sueño, Señor, cuando te levantes, despreciarás su falsa apariencia.

Asaf, el autor de este salmo, comparte con nosotros una profunda crisis personal de fe, una experiencia con la que muchos de nosotros podemos resonar. Desde su mirada, los malvados parecen gozar de las bendiciones divinas, mientras que las maldiciones parecen no tocarles. Desprecian al Señor, pero florecen en riqueza, éxito, comodidad y una existencia sin complicaciones. En contraste, Asaf, quien servía con devoción al Señor y se esforzaba por vivir con rectitud, se encontraba enfrentando desafíos y adversidades. ¿No debería su vida piadosa tener un significado en este mundo? ¿No merecía disfrutar de las bendiciones terrenales que los malvados parecían poseer?

Esta batalla interna le llevó a cuestionar si vivir con rectitud y anhelar la santidad era un esfuerzo fútil. Si somos sinceros, muchos de nosotros hemos enfrentado dudas similares. ¿Realmente vale la pena todo esto? Tal vez has intentado llevar una vida de integridad y lealtad al Señor, solo para encontrarte con problemas en tus relaciones, dificultades económicas o problemas de salud que persisten. Luego miras a tu alrededor y observas a personas que parecen no tener ningún interés en Dios, disfrutando de lo que parece ser la "buena vida". Esto puede llevarnos a sentir envidia hacia los malvados y a cuestionar la bondad de Dios.

La lucha de Asaf lo llevó al límite de su resistencia. Se sintió abrumado al intentar encontrar sentido en todo. Pero entonces, vivió un momento transformador, como se menciona en el versículo 17: “Hasta que entré en el santuario de Dios, y entonces comprendí el fin de ellos”. En la adoración, rodeado por el pueblo de Dios y en la presencia divina, Asaf adquirió la perspectiva correcta. Se dio cuenta de que la prosperidad de los malvados es efímera. Su éxito se asemeja a un sueño, que se desvanece rápidamente al despertar. Sus vidas están edificadas sobre cimientos que, al final, se desmoronarán, y su ruina es inevitable.

La verdad de la presencia de Dios y la certeza de su juicio disiparon la distorsión en la perspectiva de Asaf. Los malvados pueden florecer en el presente, pero su prosperidad no perdurará. La justicia de Dios puede no manifestarse de inmediato, pero es inquebrantable. Para los fieles, las pruebas y sufrimientos de esta vida están forjando su carácter para la eternidad.

Si te encuentras atravesando una crisis de fe o lidiando con la aparente injusticia de la vida, lleva tus frustraciones a Dios en oración. Sumérgete en la Palabra de Dios, permitiendo que renueve y transforme tu perspectiva sobre este mundo caído y la efímera prosperidad de los malvados. Rodéate de creyentes piadosos y maduros que puedan brindarte aliento. Cuando sientas la tentación de envidiar a los malvados y dudar de la bondad de Dios, recuérdate que Dios siempre es bueno con sus hijos y que, al final, los malvados no prosperarán.

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